La Denominación de Origen Protegida (DOP) Cebolla Fuentes de Ebro confía en duplicar, si el tiempo lo permite, el millón y medio de kilos recogidos durante la campaña de 2012. La temporada actual ya ha comenzado y, en los próximos días, los consumidores podrán encontrar en las tiendas la etiqueta de esta cebolla dulce. Sin embargo, desde el consejo regulador de la hortaliza advierten de que dada su delicadeza y las posibles tormentas de granizo, propias del verano, puede influir en la cantidad de cosecha final.
La campaña ya ha comenzado, pero con tres semanas de retraso debido a la climatología. Y es que el tiempo, en el campo, tiene la última palabra. “Estamos aún a expensas de este momento crítico de la recolección, mirando al cielo porque, de momento, solo ha caído agua, pero no estamos exentos de que caiga piedra” advierte el presidente de la DOP Cebolla Fuentes de Ebro, Daniel Molina.
Si finalmente la recogida de cebolla se da en las condiciones idóneas, y con el beneplácito de las nubes, desde el organismo controlado de la cebolla dulce esperan satisfacer la creciente demanda porque “todo el trabajo que se está haciendo de dar a conocer la cebolla, y que el consumidor busque la etiqueta, está dando sus frutos”, afirma Molina. De esta forma, en España el objetivo de difusión se ha conseguido y ahora el reto es hacerse un hueco en las mesas de toda Europa.
El rasgo inconfundible: el sabor
Las primeras catas de sabor están saliendo bien y aseguran que el sabor dulce que caracteriza a la cebolla de Fuentes seguirá marcando la diferencia en el mercado. “Los competidores aprovechan el tiempo que nosotros no estamos en las tiendas, pero luego el consumidor al comprar lo nota y se da cuenta de que no es lo mismo, que esas cebollas pican”, apunta Molina en defensa de esta hortaliza aragonesa.
Si la recogida es el momento crítico y toda una batalla contra los elementos, la llegada en el mercado abre otra lucha y es que según el máximo representante del consejo regulador de la cebolla de Fuentes: “Tienes que mantener las exigencias de calidad al máximo para marcar diferencias con las cebollas de otras zonas y, sobre todo, con la picaresca para que al consumidor no le den gato por liebre”.
De pilar a motor económico
“En la zona de la Denominación de Origen es un pilar de la economía de muchas familias”, asegura su presidente, Daniel Molina. Que estima que unas 800 familias viven de algunas de las actividades relacionadas con la hortaliza dulce. “Hay que contar que es trabajo durante todo el año, con labores de campo y de comercialización”.
De la misma manera, Molina cree que si el trabajo de difusión sigue en el camino adecuado, se necesitará mayor producción de cebolla y, por lo tanto, más superficie de explotación y más puestos de trabajo. En definitiva, una rueda imparable que haga girar el motor económico de esta zona hortícola aragonesa.
(c) Zafarache (c) Comarca Ribera Baja del Ebro
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