Torta de pastillo Panadería Pequerul-Gracia

Torta de pastillo Panadería Pequerul-Gracia

La semana previa al domingo de “Pastillos” suelen ser días de preparativos en las tahonas para que todos podamos disfrutar de esta torta típica en nuestro pueblo. Los hornos de nuestro pueblo trabajan sin descanso, a la producción diaria de amasar y cocer el pan se une la preparación centenares de pastillos. Visitar estos días las panaderías hace despertar los jugos gástricos ya que están repletas de este dulce ancestral. En las panaderías de Artajona, Valdovín, Carot, Pequerul-Gracia, y Lizaga-Gracia son jornadas en los que el trabajo se multiplica por lo menos por dos.

Todos los años una semana antes del domingo de Ramos y como anticipo de la Semana Santa todos los “fuenteros” disfrutamos de una jornada entre amigos comiendo en el campo (tanto en la huerta junto al río, como en el monte). En su momento la celebración giraba entorno a la merienda y la torta se acompañaba de chocolate y una naranja. Hoy día se festeja con una comida entre amigos y familia; todos aquellos que viven fuera regresan este fin de semana para festejar esta fiesta en la que se conmemora la llegada de la primavera.
El pastillo es una torta redonda en cuyo centro se colocan huevos cocidos enteros y sujetos por dos tiras de la misma masa en forma de cruz, la torta continúa respondiendo a la tradición y se sigue realizando con los mismos ingredientes de siempre: harina, huevos, aceite, azúcar, viena, masa madre de pan y esencia de azahar. Un dulce para todo el pueblo: su sencillez con sus componentes hacían de este postre accesible en precio para los trabajadores y clases  menos favorecidas. No existe constancia gráfica del arranque de esta celebración pero los más mayores de nuestro pueblo evocan su celebración, y con formas y sabores muy parecidos podemos encontrar este placentero postre en otras localidades aragonesas y catalanas.
Hornada de leña con pastillos en la Panadería Pequerul Gracia

Hornada de leña con pastillos en la Panadería Pequerul Gracia

Este año hemos visitado el obrador de Abel Pequerul y Ana Herrero  (Panadería Pequerul-Gracia) que regentan un popular negocio en la calle San Blas, Abel forma la tercera generación de panaderos ya que sus padres Félix Pequerul y MªJesús Gracia arrancaron su negocio en 1961 en otro obrador en la Plaza de la Cruz,  históricamente en ese espacio se encontraba un pequeño horno de bóveda árabe que su familia asocia con la cocina de un antiguo monasterio de Dominicos.

Los abuelos maternos  Santiago Gracia y Amparo Soro (popularmente conocidos con su apodo de «los cotos»)  ya fueron panaderos en la Calle San Antón junto a la Plaza Dula en un obrador que muchos años siguieron explotando hasta su jubilación sus tíos Paco Gracia y María Lapuente.  Es necesario advertir que los abuelos regentarían un «horno de pan-cocer» un concepto de negocio distinto al que hoy conocemos: en esas primeras décadas del siglo XX cada familia se amasaba su propio pan y acudían a estos hornos para cocer/hornear su pan y dejaban alguna de las piezas en trueque por usar ese servicio. Santiago y Amparo tuvieron que complementar los ingresos  que les proporcionaba el horno con la agricultura.
Años mas tarde a comienzo de los años setenta sus padres con su tío Paco, se decidieron a comprar otro de los obradores situados en el corazón histórico de nuestra localidad ,el citado de la Calle San Blas, al que también se puede acceder por la Plaza Dula.  En aquellos años se decidieron a invertir y levantaron una nueva construcción, que alberga el actual obrador. Contar con un moderno horno y con unas nuevas instalaciones fue  uno de los alicientes por el que Abel arrancó su carrera profesional  recién acabo del servicio militar sobre el año 1977 al que acompañaría poco después su hermano Carlos que estuvo del año 1981 a 1988. Los primeros años fueron los de acostumbrarse a trabajar en la noche con una jornada muy extensa y acostumbrarse a dormir en horas en los que el resto acostumbramos a disfrutar de la familia.
No hace falta explicar que necesariamente este es un negocio familiar, puesto que muchos de los productos artesanales requieren de elaboración manual que conlleva la dedicación de mucho tiempo. Siempre compaginándolo con la crianza de sus dos hijos, su mujer Ana ha colaborado en la panadería tanto en la atención al público como en la elaboración de diferentes productos. A finales de los años ochenta, coincidiendo con la jubilación de su padre Félix, fue cuando viendo como crecía y avanzaba urbanísticamente nuestro pueblo hacia el este cuando se decicieron ampliar su negocio con un pequeño «despacho de pan»  en la avenida de Santiago Lapuente.
Miles de madrugadas después Abel y Ana se sienten orgullosos de ese esfuerzo y muy agradecidos de que cientos de fuenteros sigan confiando en sus productos día a día en su mesa.  Muy reconocidos son sus diferentes variedades de pan entre los que destacan hogazas y abizcochados que se suelen agotar con rapidez elaborados como las primeras civilizaciones en hornos de leña.
La maestría con la harina se extiende también a muchas variedades más dentro de la repostería: mantecados, bizcochos, brazos de «gitano», magdalenas, dobladillos, masa hojaldrada, roscones, entre un dispar número de variedades a cada cual más sabrosa. En ambos establecimientos también se pueden encontrar una amplia selección de pastelería que permite endulzar cualquier celebración
Este pequeño espacio pretende agradecer esta importante labor de estas familias de panaderos que regentan estos negocios artesanales que cumplen una importante labor social: la alimentación.  Además cumplen con otra misión la de fijar empleo en nuestra localidad.  Hoy es tiempo de disfrutar de su trabajo y degustar como postre este dulce que todos reconocemos desde muy niños.
Repasa también como trabajan las otras panaderías artesanales de nuestro pueblo: