
Hemos pedido que nos acompañen Paco Artajona y su nieto Marino Guerrero que figuren dando forma a los Pastillos para inmortalizar a la segunda y cuarta generación de estos panaderos.
La semana previa al domingo de “Pastillos” suelen ser días de preparativos en las tahonas para que todos podamos disfrutar de esta torta típica en nuestro pueblo. Los hornos de nuestro pueblo trabajan sin descanso, a la producción diaria de amasar y cocer el pan se une la preparación centenares de pastillos. Visitar estos días las panaderías hace despertar los jugos gástricos ya que están repletas de este dulce ancestral. En las panaderías de Artajona, Pajarillos, Valdovín, Carot, Pequerul, y Lizaga-Gracia son jornadas en los que el trabajo se multiplica por lo menos por dos. Para ello se cuenta con miembros de la familia que colaboran para cubrir esta demanda.
Este año hemos visitado el obrador de Angelines Artajona y Manolo Guerrero (Panadería Artajona) que regentan un conocido negocio en la calle Portal. Angelines forma la tercera generación de panaderos ya que su padre con su abuela tomaron las riendas de este negocio en el año 1950. Miles de madrugadas suman ya desde que Paco Artajona se jubiló hace ya más de una década, y sigue orgulloso de cientos de «fuenteros» sigan confiando en sus productos tan utilizados en nuestra alimentación diaria.
Este pequeño espacio pretende agradecer esta importante labor de estas familias que regentan estos negocios artesanales que cumplen una importante labor social: la alimentación. Además cumplen con otra misión la de fijar empleo en nuestra localidad. Hoy es tiempo de disfrutar de su trabajo y degustar como postre este dulce que todos reconocemos desde muy niños.
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