La semana previa al domingo de «Pastillos» suelen ser días de preparativos en las tahonas para que todos podamos disfrutar de esta torta típica en nuestro pueblo. Los hornos de nuestro pueblo trabajan sin descanso, a la producción diaria de amasar y cocer el pan se une la preparación centenares de pastillos. Visitar estos días las panaderías hace despertar los jugos gástricos ya que están repletas de este dulce ancestral. En las panaderías de Artajona, Pajarillos, Valdovín, Carot, Pequerul, y Lizaga-Gracia son jornadas digital spy tech twitter en car gps tracker in malaysia los que el trabajo se multiplica por lo menos por dos. Para ello se cuenta con miembros app to spy on phpnr de la familia que colaboran para cubrir esta demanda.
Todos los años una semana antes del domingo de Ramos y como anticipo de la Semana Santa todos los «fuenteros» disfrutamos de una jornada entre amigos comiendo en el campo (tanto en la huerta junto al río, como en el monte). En su momento la celebración giraba entorno a la merienda y la torta se acompañaba de chocolate y una naranja. Hoy día se festeja con una comida entre amigos y familia; todos aquellos que viven fuera regresan este fin de semana para festejar esta fiesta en la que se conmemora la llegada de la primavera.
El pastillo es una torta redonda en cuyo centro se colocan huevos cocidos enteros y sujetos por dos tiras de la misma masa en forma de cruz, la torta continúa respondiendo a la tradición y http://newsfoxsatire.com/uuo-free-download-viber-spy-software se sigue realizando con los mismos ingredientes de siempre: harina, huevos, aceite, azúcar, viena, masa madre de pan y esencia de azahar. Un dulce para todo el pueblo: su sencillez con sus componentes hacían de este postre accesible en precio para los trabajadores y clases bajas. No existe constancia gráfica del arranque de esta celebración pero los más mayores de nuestro pueblo evocan su celebración, y con formas y sabores muy parecidos podemos encontrar este placentero postre en otras localidades aragonesas y catalanas.
Este año hemos visitado el obrador de los hermanos Paco y Miguel Ladrón Viamonte que en unas pocas semanas cesarán su actividad por jubilación. «Los pajarillos» como conocemos su negocio han estado siempre acompañados por sus mujeres MªCarmen y Carmen. Fue en el año 1968 cuando comenzaron su actividad en la Plaza Parral aunque su arranque fue en la céntrica calle Horno. Miles de madrugadas durante casi medio siglo para que cada mañana cientos de «fuenteros» podamos disfrutar del pan tradicional recién hecho. Seguro que añorarán el olor a pan que seguirá saliendo de su horno, pero es momento de festejar y disfrutar de la jubilación.
Sirva este humilde espacio como reconocimiento a esta gran labor de esta profesión que durante cuarenta y seis años ha estado dedicada a alimentarnos una de las funciones más importante del municipio.
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