El Ayuntamiento de Fuentes de Ebro ha completado este mes de octubre su actuación anual contra la procesionaria del pino. El tratamiento se ha aplicado tanto en el núcleo urbano y pedanías como en 100 hectáreas de parcelas reforestadas del municipio.
El objetivo de esta campaña es controlar la población de este insecto, que en su fase de oruga ocasiona graves daños. La procesionaria no solo ataca a los pinos, pudiendo llegar a defoliarlos, sino que supone un riesgo para la salud de personas y animales, ya que sus pelos urticantes pueden provocar reacciones alérgicas graves.
La intervención ha cubierto numerosas zonas verdes urbanas, como parques, jardines, los centros educativos, el campo de fútbol, las piscinas, la Riera del Ginel, la potabilizadora e incluso el pueblo de Rodén. Además, fuera del núcleo urbano, la actuación se ha extendido por las 100 hectáreas de parcelas reforestadas en parajes como el Calvario, Valdepuy, Pufarrando o la Cuesta Alta.
Tratamientos
Para lograr controlar la plaga, el consistorio ha empleado dos tipos de tratamientos. Por un lado, la endoterapia, una técnica que consiste en inyectar el insecticida directamente en el tronco de los árboles y que resulta especialmente útil en los primeros estadios de la plaga. Este método se ha usado en la Riera del Ginel, la potabilizadora y en ejemplares sueltos del casco urbano.
Por otro lado, se ha utilizado un cañón nebulizador de gran alcance para el resto de la zona urbana y las extensas parcelas reforestadas. Para evitar molestias a los vecinos en las zonas verdes más transitadas, estas fumigaciones se han realizado en horario nocturno.
El Ayuntamiento ha confirmado que en ambos casos se utilizan insecticidas autorizados por el Ministerio de Medio Ambiente. Aun así, recuerdan que la procesionaria es una plaga que no puede erradicarse en su totalidad, sobre todo en las zonas de pinares más extensas donde el tratamiento no puede llegar eficazmente a todos los ejemplares, si bien estas actuaciones son clave para mantenerla bajo control.
