El ayuntamiento inició en el último trimestre de 2016 una obra complicada del casco urbano histórico como es la urbanización de calle Sebastián Galligo y que continuaría con calle Rabalero, y que era necesaria por el mal estado de las tuberías que estaba generando desperfectos en varias viviendas de los vecinos.
Tras varios meses de obras en la calle Rabalero hace unas semanas concluyó una obra de extrema dificultad, tanto en su demolición como posterior ejecución. Esta calle fue iniciada una vez que concluyeron las obras de la calle Sebastián Galligo, para no colapsar las entradas a viviendas y garajes de los vecinos. María Pilar Palacín Miguel, alcaldesa, explica que “somos conscientes de que ha sido una obra que ha durado un tiempo considerable. A las inclemencias del tiempo ha habido que sumar que se trataba de una calle cuyas casas tenían una cimentación escasa (antiguamente se realizaron a base de piedra de alabastro y con una escasa cimentación) por lo que las empresas constructoras han tenido un especial cuidado para que no hubiera ningún desperfecto”.
La urbanización ha consistido en la renovación de las instalaciones de saneamiento y abastecimiento que se encontraban en mal estado por fisuras en el fibrocemento provocando filtraciones a los vecinos, así como renovación de aceras y pavimento. Hay que especificar que la unión entre calle Sebastián Galligo y calle Rabalero se realizó con adoquines en su pavimento en la zona estrecha de la calle (puesto que los técnicos desaconsejaron las aceras) y después se ha urbanizado con baldosa y asfalto como el resto de calles del municipio.
El coste total de la obra de calle Rabalero asciende a 107.000 €, y se ha realizado con fondos municipales y subvencionada a través de las Inversiones Financieramente Sostenibles de la Diputación Provincial de Zaragoza.
La obra fue realizada por las empresas Soro Marcon, y construcciones Loseli, y en la misma han intervenido otras empresas locales.
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